Influencer de viajes? De Almuerzo Casual a Video Viral
- Chilean Mate
- 28 ago 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 7 mar
Grabé una marcha tradicional y, terminó explotando en medios de TV, partidos políticos y redes sociales. Esta es la historia de cómo un simple reel en Instagram se convirtió en un fenómeno viral sin ser un famosillo influencer de viajes.

Todo esto empezó de pura casualidad. Hace unas semanas, con unos colegas del trabajo, decidimos almorzar fuera, justo en las escaleras de la iglesia en la Plaça de Sant Pere. Nos instalamos allí, charlando y disfrutando del sol de agosto, cuando de repente notamos que desde la distancia empezaba a acumularse gente. Al principio, no le dimos mucha importancia, hasta que un estruendo de palmadas y golpes comenzó a resonar.
Resulta que lo que estábamos viendo era parte de una tradición conocida como la marcha de los Azores, que se celebra durante el Ashura, una festividad chiíta que conmemora la muerte del imán Husayn en la batalla de Karbala. La gente, al ritmo de cánticos y oraciones, se golpeaba el pecho en una manifestación simbólica de sufrimiento y sacrificio, era increíble. Aunque para quienes no están familiarizados (como yo) puede parecer un espectáculo desconcertante, para la comunidad tiene un profundo significado espiritual y cultural.
La verdad es que me sorprendió y me gustó mucho. La energía de la multitud y el ritmo de sincronizado esos golpes transformaban la atmósfera en algo casi mágico y nunca antes visto en mis 5 años en Barcelona. Es por eso que decidí sacar mi móvil y grabar el momento, sin saber que lo que estaba capturando se convertiría en un fenómeno viral.
Subí el vídeo a mi cuenta de Instagram, y en cuestión de minutos, mi reel se convirtió en el fenómeno del momento. La gente de todo el mundo empezó a replicarlo en Instagram, Twitter, Tik-tok e incluso en WhatsApp. Fue extraño pero también muy interesante ver como el contenido se esparcía como pólvora. Mis amigos de diferentes lugares empezaron a enviarme mensajes por interno preguntando que si el reel era mío, que "qué hací allí" y cosas por el estilo. No paraban de compartirme links del video de diferentes cuentas. Ellos tampoco lo podían creer "¿eres tú?", me preguntaban.
Una de las cuentas que destacó en esta bola de nieve fue la de @SrLiberal quién replicó mi reel en X/Twitter, calcanzando 5 millones de vistas, 4 mil comentarios, 10 mil compartidos y más de 30 mil me gusta.
Por otra parte, la cuenta de @Hagshaf, un perfil israelita que replicó mi video en Instagram, recibiendo 3.9 millones de vistas, 30 mil likes, 12 mil comentarios y más de 100 mil compartidos. Y no fueron los únicos. Cuentas como las de @MindsetOftheRich, @Wallstreetwalverine y una avalancha de diversos perfiles de todo el mundo se unieron también al fenómeno, sumando así un total de casi 20 millones de reproducciones totales en las primeras 24 horas.
Era cuestión de tiempo que otros circulos sociales, no tan cercanos también se dieran cuenta."No sabía que eras periodista de viajes", me decían sorprendidos algunos compañeros de Jiu-jitsu (BJJ)."Así que influencer de viajes ?" me decían otros "conocidos" entre bromas y cervezas durante los dias siguientes... Fue realmente inesperado ver cómo un simple almuerzo casual podía conectar diferentes partes de mi vida de una manera tan inesperada.
La coincidencia de que mi reel se volviera viral y, a su vez, sirviera como una forma de presentar mi trabajo a una comunidad que hasta entonces no me conocía de esa manera, resultó ser una de las sorpresas más curiosas de toda esta experiencia.

Sin embargo, a pesar de que el reel contenía un contenido objetivo y sin apreciaciones personales más allá de las imágenes, la respuesta no fue completamente positiva. No tanto hacia mí o mi cuenta, sino más bien entre los propios usuarios.
Lamentablemente, algunos empezaron a escribir comentarios que desencadenaban conversaciones acaloradas o conflictivas. Algunos cuestionaban "cómo esta tradición ponía en peligro la cultura española", mientras que otros hablaban sobre una supuesta "inmigración descontrolada" proveniente de Pakistán, Marruecos y otras nacionalidades.
Además, tampoco faltaron comentarios intentando desacreditar la práctica, con debates sobre si era una "tradición verdadera o si formaba parte del Islam en su conjunto". Lo cierto es que la sección de comentarios transformó en una plaza de discusiones acaloradas y de prejuicios que reflejaban una profunda falta de comprensión y respeto hacia una cultural ajena, quizás por miedo, fanatismo o pura ignorancia.
A esto se sumó una sorpresa poco agradable: partidos políticos de España como VOX comenzaron a utilizar mi material sin autorización para sus propias agendas. No sólo usaron mi contenido tergiversado sin permiso, sino que además no respondieron a mis intentos de contacto, ya sea a través de DM en Instagram o por email. La cadena televisiva catalana 8TVCAT también se subió al carro sin pedir autorización y, por supuesto, tampoco contestaron. En el mundo digital, parece que el respeto por el trabajo ajeno es una rareza. Entre la viralidad descontrolada, la falta de profesionalismo y la proliferación de comentarios extremistas, me quedó claro que, a veces, compartir nuestras experiencias puede traer consigo una buena dosis de desconsideración y prejuicio. Pero bueno, a pesar de los inconvenientes, es fascinante ver cómo un almuerzo casual puede transformarse en una historia global y en un escenario para debates inesperados. Y sí, como he dicho en el reel (y ahora más que nunca):"Esto... esto también es Barcelona"!
Para más historias y consejos de viajes no olvides visitarme en mi cuenta de Instagram. Hasta una próxima aventura !
Gracias por compartir tu historia ☺️