Jay Fai: Encuentro con la Leyenda Culinaria de Bangkok
- Chilean Mate
- 26 may 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 jun 2024
Sabores con estrella MICHELIN que se rebelan contra lo convencional, llevándonos a una experiencia culinaria que desafía límites con recetas de éxito.

Hace unos meses, me quedé totalmente hechizado con el primer episodio del documental "Street Food: Asia" de Netflix, sobre con el increíble mundo de los puestos de comida callejeros en Tailandia y en especial con la historia de Jay Fai, una chef revolucionaria que ha alcanzado la fama como toda una rockstar del mundo gastronómico, al obtener la codiciada estrella Michelin para su modesto restaurante callejero.
Así que, decidido en conocerla y degustar sus delicias, me embarqué en una nueva aventura de viaje para escapar de rutas turísticas tradicionales, por una más local y auténtica.
El día comenzó a las siete de la mañana, para intentar llegar de los primeros al restaurante y así asegurar una de las codiciadas mesas. Me habían comentado que también se podían hacer reservas online a través de la web, sin embargo, allí solo se aceptaban bookings con dos meses de anticipación, por lo que no aplicaba esta improvisada contienda.

La música incesante de la ciudad, el clima cálido y la ansiedad por conocer a la gran maestra hicieron que despertarse al amanecer fuera emocionante y fácil. Sin embargo, no fue suficiente. Al igual que yo, unas 20 personas tuvieron la misma idea y llegaron aún más temprano. Por otro lado, no hay mejor señal, que ver gente haciendo fila tan temprano por un plato de comida.
En la espera, la gente se mostraba expectante y rumoreaba con entusiasmo y cierta excitación sobre recomendaciones de platos y curiosas historias sobre su chef. “Debes probar la Tortilla de cangrejo (Khai jeaw Poo), dicen que es su especialidad”, me decía con una dulce y tímida voz Roose, tailandesa de 25 años quien había decidido por primera vez vivir la experiencia.

A eso de las ocho de la mañana, los asistentes de Jay Fai comenzaban a preparar las mesas, cortar verduras, descongelar mariscos.
Por esa hora también llegaba de manera sigilosa la aclamada Chef Jay Fai. “Hola, buenos días, me podría tomar una foto con usted”, le dije con un inglés casi tartamudo. Ella, con una sonrisa y sin decir nada asentó con su cabeza.
Creo que me mostré un poco nervioso. Y es que, después de todo, Jay Fai es una verdadera héroe, y lpor lo tanto esta situación, un verdadero honor.

A pesar de su actual éxito y fama internacional, los inicios de Jay Fai en la cocina fueron todo menos sencillos. Antes, ella trabajaba como costurera hasta que un devastador incendio cambió su destino, impulsándola a embarcarse en una aventura culinaria recién a sus treinta años.
Es en la década de los 80s, cuando Jay Fai decide finalmente abrir el restaurante que lleva su nombre, siguiendo recetas tradicionales, aunque su espíritu innovador la llevó a ganar una estrella Michelin en 2018, consagrándose como el primer restaurante callejero de Tailandia en recibir tal reconocimiento.
A las 9 de la mañana, el restaurante por fin abrió sus puertas. En ese momento, las camareras se transformaron en verdaderas genios que, muy dulcemente, tomaban órdenes y cumplían deseos. Siguiendo la recomendación de Roose, aposté por la tortilla de cangrejo, además de un salteado de noodles (fideos de arroz) con vegetales y langostinos que tenía muy buena pinta.
Ambos platillos sumaron unos 1600 Baths, algo así como 40 Dólares, los que se pagan sólo con dinero en efectivo.


La tortilla de cangrejo llegó en unos 20 minutos, y con un formato tipo “roll”. Plato sencillo pero poderoso y relajante. Su costra crispy rodeaba una nube esponjosa de huevo húmedo junto a generosas porciones de cangrejo extremadamente delicioso.

A los 10 minutos, los noodles salteados con mariscos hicieron su entrada presentando un estallido de colores con verduras en su punto exacto, ni muy blandas, ni muy crujientes. Estos sabores se fusionaban a la perfección con los jugosos y suaves cortes de calamar y los obesos langostinos.
Los noodles por su parte, parecían enredar y conectar todos estos elementos con una equilibrada salsa marrón con tonos agridulces, salados y leves picantes. Era una verdadera obra de arte visual y una explosión de placer en el paladar.
Jay Fai, me había volado la cabeza, aún no podía creer que ademá de coordinar todo, la Chef aún cocina y prepara cada uno de los patos que les son encomendados. Aunque mi satisfacción principal no sólo derivaba de sus sabores excepcionales, sino de aquellos ingredientes intangibles y fundamentales que condimentan lo elevado de sus creaciones.

Y quizás allí la enseñanza o más bien, una potencial receta para la vida… La que con ¾ de sencillez, dos cucharadas grandes de lucha, medio litro de corazón y una rodaja de creatividad, nos permiten llevar a cabo cada uno de nuestros sueños y proyectos.
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